Los sistemas de impermeabilización traen consigo múltiples beneficios, al estar listos para usarse y poder aplicarse en múltiples escenarios, sean exteriores, lugares cerrados o incluso bajo tierra. Ahora bien, todas las ventajas y beneficios pueden mermarse y afectar tanto la garantía como la integridad de nuestras construcciones al no seguir procesos, agregar o sustituir pasos y al utilizar sustancias o materiales inapropiados para el tipo de aplicación. A continuación, te presentamos algunos de ellos:
- Falta de protección perimetral, secciones irregulares y puntos críticos. Aunque las secciones protegidas por el manto prefabricado estarán libres de permeabilidad, las precipitaciones de agua llegan a todas partes, en especial las zonas donde corre el agua acumulada, esquinas y los extremos donde la protección del prefabricado termina. Es necesario cubrir grietas y puntos clave por medio de cemento asfáltico plástico, como ejemplo.
- Construcción sin desnivel para desagüe. Aunque este punto es más relativo a la construcción misma, será conveniente hacer una verificación para asegurar que el agua no se estanque, de forma general o en zonas; en general debe existir una pendiente de 2% como mínimo. De igual forma, las canaletas y orificios para desagüe deben conservarse libres de obstrucciones, para evitar acumulaciones.
- Hacer perforaciones en la membrana del prefabricado. Pueden ser deliberadas o accidentales, como clavar placas u otro tipo de láminas, fijándolas atravesando la membrana con tornillos o clavos. Debemos evitar hacer perforaciones a toda costa, en especial cuando se trata de superficies horizontales donde el agua se pueda juntar, pues a pesar del calafateo tienden a producir fugas. Cualquier montaje es recomendado en secciones laterales.
- Mezclar productos distintos a los recomendados por el fabricante. Siguiendo las instrucciones respecto a los materiales aptos para la preparación de superficie y acabados una vez puestos los prefabricados, evitaremos fugas y falla prematura del impermeabilizado.
- Se aplica el prefabricado sin antes limpiar. Previo a la aplicación, la superficie debe estar completamente limpia y seca, libre de polvo, grasa, pintura o sello anterior (que además puede ser incompatible con el manto asfáltico) o imperfecciones que no permitan una buena adhesión. Cualquier remanente de agua puede convertirse en vapor al momento de la aplicación con calor, por lo que puede producir bolsas que impiden un contacto perfecto.
- La superficie tiene granulaciones y otras rugosidades. Para una buena adhesión, la superficie debe ser lisa y uniforme, libre de objetos y capas de otros materiales, exceptuando la preparación de sello.
- Se aplica de inmediato la impermeabilización en construcciones nuevas. Por regulaciones, la recomendación es esperar 28 días para que las losas se curen completamente; de lo contrario, encapsularemos humedad que después se convertirá en un problema y merma a la vida útil del impermeabilizado. En casos de edificios con humedad atrapada, se debe esperar de 8 a 20 días dependiendo del clima y el tipo de losa, para evitar protuberancias en la impermeabilización.
- Se realiza el trabajo en temporada de lluvias o en días con clima frío o templado. En estos casos, el riesgo de atrapar humedad es mayor, por lo que se recomienda trabajar más tarde y concluir más temprano, dando el mayor tiempo posible para que el sol pueda evaporar el agua acumulada. Evite trabajar en días con amenaza de lluvia.
- Manejo descuidado de los rollos con el impermeabilizante prefabricado. De forma inadvertida, podemos provocar daños físicos como perforaciones, raspaduras y pliegues.
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